domingo, 14 de julio de 2013
La
lluvia estrepitosa
y
el retumbar del trueno,
me
arrancan alborotadores
de
los brazos de Morfeo.
El
despertar me permite
oler
sobre la almohada
la
fragancia de un vacío,
tras
su súbita ausencia
recién
nacida la alborada
y aún
envuelto los sentidos
en
la memoria reciente
del
satén de tus caricias.
7 comentarios:
Evocador verso que rememora las mieles de unas horas de pasión.
Gracias por tu visita a mi blog, en justa compensación, me quedo por este sitio.
Abrazos
Cuánto duelen las almohadas vacías.
Un abrazo y mil gracias por tu visita.
bonita la composición asimétrica de tus versos..
un saludo desde el sur de Iberia..
Escribe la voz de un corazón
que atesora la mayor riqueza,
la única riqueza que en realidad importa: el amor.
Todo un mosaico de buena poesía.
UN ABRAZO FUERTE QUERIDO pOETA.
púrpura y oros tus sedas,
sin murmullos de Caleta..
aunque serios tus recodos
tus versos de finos modos
desde el Bierzo, un buen poeta..
Preciosas imágenes.
Saludos
Hermoso poema..
Un abrazo
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