domingo, 29 de marzo de 2009
Tu, que conoces del amor
todas sus venturas,
si no echas en falta
quien abrace tu cintura,
aquel que cabalgándote
te eleve a las alturas,
del goce, del placer,
capaz de hacerte gemir
hasta alcanzar la cima
celestial de la locura.
No echas en falta quien
ansioso te desnude,
bese tus albos senos,
quien en un rapto de amor
acaricie tu pelo,
quien al verte tan hermosa
sufra la mordedura
dolorosa de los celos,
quien deseándote
al mirarte desnuda
despacio, sin prisas,
al ver tanta belleza
no te brinde su sonrisa.
Quien besándote con ansia
haga sangrar tus labios,
que lúcido repita tu nombre
como el rezo de un rosario,
quien llegando al éxtasis
te diga con ternura,
no se amor, si tanto amor,
no acabará con mi cordura.
Olvida porque,
aún es tiempo amor
para el deleite sin mesura,
olvida porque,
que es tiempo amor
para el goce sin ataduras,
olvida porque,
es tiempo de vivir
con imprudencia y desmesura,
olvida porque
es tu tiempo de reír
de amar sin impostura,
olvida porque,
aún te brillan los ojos
y la pátina de tu piel
refleja suave su tersura.
No vuelvas a dar mujer
al amor larga espera,
permítale bella dama
que aquel que te desea,
te libere de la derrota
asido a las columnas
de tus sólidas caderas.
y te diga con ternura,
no se, amor, si tanto amor,
no acabará con mi cordura.