sábado, 25 de octubre de 2008
En susurros mis labios te decían al oído
fondea amor en la bahía de mi pecho,
hasta que rompa la tormenta de la vida
para brindarte el amor que llevo dentro.
Es cierto que amé cuanto ella amaba,
fue un tiempo de continua primavera
florecía nuestro amor a cada instante,
viví ingrávido el éxtasis de su ternura
la ciega fé inquebrantable del amante.
No conocí jamás pasión tan desbocada
abandonaba en cualquier parte la cordura,
corriendo con la ansiedad envilecida
roído por los celos infinitos, sin sonrojo,
del principiante que teme por su huida.

Puntual como un reloj llegó el invierno
flotaba en el ambiente su presencia,
un profundo dolor recubre mi desdicha
las horas pasan lentas en su ausencia.
Oculto detrás de los ventanas, observo,
la lluvia que rítmica golpea los cristales,
cayendo a borbotones como una letanía
como su nombre sonando en mis labios.
Rehusaré sucumbir a los recuerdos
no volveré jamás a mencionarla a ella,
pertenecerá a un mal sueño pasado
borraré de mi memoria toda su huella.
Apartaré de mí ese pozo de tristeza
alejaré de mi vida esa amargura,
que solo me conduce hacia el vacío
al precipicio más oscuro, a la locura.

2 comentarios:
La peor huida, la más dificil, no es la que se hace de una persona, o del lugar y las circunstancias que se compartieron con ella...La peor huida es aquella que hacemos de nosotros mismos, de los sentimientos que tuvimos..Es muy dificil, por mucho que se corra, dejarse atrás el corazón..Besos
Intentar olvidar el amor que llevamos dentro es una gran batalla en la que vamos dejando a tiras nuestra piel. ¿Cómo no recordar cuando miles de cosas nos lo traen a la memoria? ¿Cómo borrar su imagen cuando en la noche cerramos los ojos?
Preciosos poemas, Salvochea.
Un beso.
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