sábado, 27 de septiembre de 2008
Amo tus calles umbrías
el color de tu alborada,
las noches de escarcha fría
tus gélidas madrugadas.
Amo el fuego de tu ocaso
el murmullo de las olas,
cuando bajan de la orilla
cantarinas, arrolladoras.
Amo el aire de tus montes
cubiertos de nieve alba,
el estruendo impetuoso
de las aguas de tus ríos
cuando caen despeñadas.
Tus callecitas estrechas
de blanquecinas fachadas,
tus balcones de madera
tus tejados de pizarra.
Amo, el color del oro viejo
de tu sinuosa muralla,
amo tus dorados otoños
tus primaveras floridas.
Amo, tus viejos robledales
tus montes majestuosos,
el esplendor de esa bahía
adonde vine a la vida.

2 comentarios:
Creo que te honra el amor a tus raices y el cariño al lugar donde recoges cada día tu ser, ese que va cargando con la mochila llena de caracolas, cangrejitos moros, soplidos de viento y rizos de espumas blancas...
Ayer por fin hice dos cosas que tenía ganas de hacer desde hace tiempo: retomar la escritura y escribir mi primer microrrelato...
Por cierto, me gusta este blog... Lo tuyo es un no parar...
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