domingo, 14 de julio de 2013
La
lluvia estrepitosa
y
el retumbar del trueno,
me
arrancan alborotadores
de
los brazos de Morfeo.
El
despertar me permite
oler
sobre la almohada
la
fragancia de un vacío,
tras
su súbita ausencia
recién
nacida la alborada
y aún
envuelto los sentidos
en
la memoria reciente
del
satén de tus caricias.